Como la mayoría de las cosas, arrancó por el empuje del deseo. Un par de amigos, ideas y ganas. Veníamos leyendo a varios escritores, algunos ya editados, otros todavía inéditos, y estaba la necesidad en el aire de contener esos textos, de apropiarse de ellos. Alto Pogo, al menos en nuestro imaginario, tracciona varias fuerzas opuestas. Armar un libro, publicarlo, y salir a cazar lectores para ese texto particular. Todo empieza con la lectura de un material que tiene algo que nos interpela, una latencia que nos pulsa. De ahí surge la necesidad de contagiar la motivación que nos lleva a publicarlo, esa es nuestra principal tarea. Después hay que trabajar, codo a codo con el escritor, hacer incluso cosas que no nos gusta tanto hacer. Pero es parte del asunto.

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